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lunes, 17 de octubre de 2011

17 de octubre de 1945






“Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi Pueblo, y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”.
EVA PERÓN....


Significado Nacional del 17 de octubre

“Es una fecha definitivamente incorporada a las que señalan nuestras gestas de más acentuado sabor popular y más afectivo contenido nacional”.
Sabor popular y contenido nacional. Que el 17 de octubre es una fecha que señalan nuestras gestas de más acentuado sabor popular y más efectivo contenido nacional, ya es incuestionable, como es incuestionable que nada ni nadie logrará borrarla de la vida de nuestro Pueblo. Tiene, para nuestra independencia económica y nuestra evolución social, el mismo significado que el 25 de mayo tuvo para nuestra independencia política.
Aquel día de 1810, el Pueblo unido a sus próceres representativos, abrió los caminos nuevos hacia la proclamación que seis años después se realizará en Tucumán. Y de la misma manera, aquel día ferviente de 1945 unido el Pueblo al hombre de su elección, del que no aceptaba separarse, abrió las perspectivas para una nueva política económica, una nueva política social y una nueva etapa superior, nueva también por ser más fraternal y más justa, en la vida común de todos los argentinos.
Unidad de todos en la Justicia Social. En la historia de nuestras vidas como Pueblo y como Nación, el 25 de mayo y el 17 de octubre son fechas que se corresponden. Señalan el paso inicial hacia un objetivo superior, anhelado por el Pueblo e irrenunciable para la Nación. La independencia política que reivindica el primero al liberarnos de los tutelajes ya insostenibles y que forjó las fronteras, el sentimiento nacional y el ambiente físico, la Patria, nos dio una nacionalidad. La independencia económica como base del perfeccionamiento social que reclama el segundo -defendiendo y protegiendo los valores actuales y, por lo mismo, completando y fortaleciendo la independencia política heredada- también corresponde al fervor popular y al anhelo más hondamente sentido: el de la unidad de todos en la Justicia Social y en el progreso común.
La unidad entre el Pueblo y un gobierno representativo. La unidad entre el Pueblo y gobierno -porque este se sabe plenamente apoyado por aquel y aquel totalmente representado por sus elegidos- no solo es un hecho nuevo en la historia política de la Nación, sino que encarna la palanca específica para todas las superaciones. Esta unidad, cuya primera manifestación, repito, se dio el 17 de octubre, como unidad revolucionaria que es, tiene características esencialmente dinámicas. A cada año que pasa, a cada conmemoración, multiplica su contenido y amplía los cuadros de nuestro porvenir, y es lo que sobre todas las cosas quiero destacar hoy.
La unidad entre el líder y su Pueblo. Aquel 17 de octubre de 1945, cuando en la Plaza de Mayo se volvieron a encontrar, para no separarse, el Pueblo y el entonces Coronel Perón, la unidad del líder y su Pueblo era sobre todo la unidad de dos esperanzas. Dos esperanzas que tendían paralelamente al mayor bienestar de todos los argentinos por los amplios caminos de la Justicia Social, de la recuperación nacional y el traspaso del comando de nuestro destino a manos insobornables argentinas. Un año después, cuando conmemoramos otra vez unidos la recuperación del Líder, presidente ya de todos los argentinos, lo que fuera esperanza era ya en gran parte realidad. La recuperación nacional iba por toda la República, confiando a manos argentinas los controles de nuestra economía, venalmente entregada por los vendepatrias de levita.
El trabajo dignificado y el capital deshumanizado. El capital, en trance de humanización, y el trabajo, definitivamente dignificado, se iban uniendo ante el objetivo común y superior del bienestar colectivo y de la grandeza de la Nación. Un año después, las razones para la unidad entre el Pueblo y el gobierno se habían multiplicado. Los ferrocarriles eran nuestros, no teníamos deuda externa y el crédito argentino abría los brazos a los Pueblos devastados y caía sobre ellos como una bendición.
Fuente: Cuadernos Doctrinarios, número 2. “Volveré y seré millones”. Mensajes de Eva Perón. Editados por Convocatoria Peronista.

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