Buscar este blog

lunes, 10 de octubre de 2011

Prólogo de Tiresia



"Y mientras estas cosas por las tierras, según fatal ley, pasan,
y seguros del dos veces nacido están los paños de cuña, de Baco,
por azar que Júpiter, recuerdan, disipado él por el néctar, sus cuidados
había apartado graves, y con la desocupada Juno agitaba
remisos juegos, y: «Mayor el vuestro en efecto es,
que el que toca a los varones», dijo, «el placer».
Ella lo niega; les pareció bien cuál fuera la sentencia preguntar
del docto Tiresias: Venus para él era, una y otra, conocida,
pues de unas grandes serpientes, uniéndose en la verde
espesura, sus dos cuerpos a golpe de su báculo había violentado,
y, de varón, cosa admirable, hecho hembra, siete
otoños pasó; al octavo de nuevo las mismas
vio y: «Es si tanta la potencia de vuestra llaga»,
dijo, «que de su autor la suerte en lo contrario mude:
ahora también os heriré». Golpeadas las culebras mismas,
su forma anterior regresa y nativa vuelve su imagen.
El árbitro este, pues, tomado sobre la lid jocosa,
las palabras de Júpiter afirma; más gravemente la Saturnia de lo justo,
y no en razón de la materia, cuéntase que se dolió,
y de su juez con una eterna noche dañó las luces.
Mas el padre omnipotente -puesto que no es lícito vanos a ningún
dios los hechos hacer de un dios-, por la luz arrebatada,
saber el futuro le dio y un castigo alivió con un honor"

No hay comentarios:

Publicar un comentario